martes, 29 de enero de 2008

Una de las cosas que tiene vivir en un país extranjero es el sorprendente descubrimiento de una especie de (atención a lo que voy a decir) orgullo patrio escondido. Quien me conozca sabe que esta frase salida de mi boca (o escrita de mis manos) es bastante… ¿impensable? El caso es que uno descubre lo bien que se vive en España y que los españoles tampoco es que estemos tan mal del todo: somos bastante garrulos, pero el garrulismo a estas alturas queda comprobado que no es una característica que tengamos monopolizada…

Vamos, que te pasa que dirigirse al Consulado para hacer papeles (y mira que me gusta poco la burocracia) es una excursión que haces diría que incluso con gusto. Eso de mirar a la cara de otro y saber que hay una red implícita que os une (ya lo sé, entre el Tuenti y el Facebook estoy traumatizado) hace que a uno le salga regalar una sonrisa.

En fin, que el motivo de mi visita fue registrarme como residente temporalmente en el extranjero. Esto me permitirá votar en las Elecciones Generales y al Parlamento Andaluz (¡ja!) si todo sale según lo previsto. Lo siento delfín, pero el Gobierno ha decidido arreglarse con tu amiga la Erasmus ahora que le conviene.

Además de la batalla Obama-Clinton y la dimisión de Prodi, en esta península hay cabida en televisión para la política española. Para más INRI tengo Internet y satélite en la cocina, así que la curiosidad me puede y estoy de lo más informado. Y la verdad es que desde lejos, como el bombardeo no existe, uno se lo toma con mucho humor y relajación.

Hace días supe lo de Gallardón… Vaya, vaya Marianito, ¡qué cagada te has pegado! Desde luego, guste más o menos, este hombre era la esperanza del PP para ganar el voto centrista que es el indeciso al fin y al cabo, y es el que hace ganar las elecciones. Seamos realistas: el que es sociata votará o no, pero no votará al PP; el pepero nunca votaría al PSOE.

¡Coño Mariano, que con Gallardón hasta los gays en Madrid se creen que el PP es un partido de centro!

Lo peor es escuchar declaraciones tipo: "He hecho lo mejor para mí, quiero ser Presidente" (toma castaña); o saber las pataletas de Espe a lo si Gallardón va en las listas yo más y mejor. Con este panorama es normal que el hombre diga que se va, porque aguantar tanto mamoneo no debe ser ni bueno para la salud. Llegamos entonces por lógica aplastante, aritmética simple y física clásica newtoniana a que, Oh My God, tenemos a la única e inigualable Ana Botella como alcaldesa de la Capital (como diría la gran Elvira Lindo, con Chemari como Primera Dama). Los vello comoscarpia, zeniore.

De la parte de Sapatánsar Rodruigues la verdad es que llega menos ruido, solamente el tema de que aseguran la ilegalización de ANV. Mmm, ¿nos lo creemos? Creo que de esta respuesta depende bastante que el esfuerzo que tenga que hacer para ir a votar merezca o no la pena. Aunque ya se sabe que en este país hay algunos jueces que, aunque se sigan los procedimientos, a la hora de la verdad echan el peo aún teniéndose pruebas tan evidentes como se dice que se tienen… El tufillo a impuesto revolucionario tan manido a estas alturas.

Se avecinan tiempos moviditos… Uy, lo bien que me lo voy a pasar con la campaña jiji.

viernes, 18 de enero de 2008

Non so quando ci vedremo, ma sapete che non vi dimenticarò.

music player


Perchè c'è qualcosa di grande tra di noi
che non potrai cambiare mai,
nemmeno se lo vuoi.

Ci vediamo ragazzi. Vi porto insieme a me.

lunes, 14 de enero de 2008

¿Alquiláis tomates?

Invadido por el espíritu de Jorge Javier "MalaDeEspaña" Vázquez y Pérez Hilton, repasemos los personajes más kitsch de la caspa internacional.

Ay, ay, ay señores, estamos que lo tiramos.

They tried to make me go to rehab and I said no, no, no...

Amy chica, pues no sé... Yo creo que ese piano roto no te queda ¿eh?


Yo esta moda de acabar con una pedrá en los dientes a base de estar todo el día colocado no la entiendo. Estoy out-of-trend totalmente, esto no puede ser: I wanna be a Yonki-Star!


Britney Bitch no los ha perdido aún (está demasiado ocupada pensando dónde se dejó las bragas), pero su amiga Lindsay "Oh! My God! it's like okay, like yeah" Lohan va dejando un rastro de piños allá por donde va, supongo que para recordar el camino al coche cuando vuelve puesta hasta arriba.


En versión masculina tenemos a Pete Doherty, que ha descubierto el pastel: el motivo de estas adicciones es que "ser yonqui te da un aire barriobajero que vuelve locas a las mujeres". ¡Coño! Ya decía yo que últimamente follaba poco... Pa' mear y no echar ni gota, señores.


Y acabemos a lo grande, con bombazo informativo: Petit Nicolas, el macho gabacho, se casa con Carla "Braguetazo" Bruni. ¡Esto sí que es pa' quearse muerta! Para que no me acuséis de Lydia Lozano diré que no puedo asegurar las fuentes, pero en este país sabemos que eso da igual, coño: la primera regla del periodismo es que uno primero dispara y luego mira, eso todo el mundo lo sabe.


Y si todavía no habéis perdido el conocimiento ante tanta emoción, ahí os dejo un vídeo de Fama, ¡a bailar! Ay, ay, ay, ay...



sábado, 12 de enero de 2008

Bajo la atenta mirada de la Alhambra, entre cañas y tapones conversaban el delfín y el menda sobre nuestras laboriosas vidas sentimentales, la carrera, la amistad, el futuro...
Quizás nos embriagara el hecho de pasear por las piedras de las lamentaciones, entre ese olor a cuero y hierbabuena que camina por la ciudad… O simplemente empezábamos a estar borrachos. El caso es que no nos quedaba otra que reírnos de nuestro eterno martirio de ser etiquetados siempre como personas fuertes y maduras. Porque para qué vamos a sufrir, si uno se puede reír.

Y es que los fuertes y maduros sabemos lo que queremos, y luchamos por ello. Vamos a por los problemas entrando a matar. Y si nos caemos nos volvemos a levantar. Y además de con la carga propia nos da por acarrear con la de los que remueven nuestro corazoncito... Pero espera un momento, ¿Y quién coño decidió que yo encajaba en eso? Mirusté, siendo realista, resulta que por muy vocacional que sea tu trabajo, es trabajo al fin y al cabo. Porque como dice mi puñetera madre, el trabajo es un castigo que nos manda el Señó.

Hay ocasiones en las que uno necesita que le reconozcan que seguimos viviendo con medio cascarón en la cabeza a lo Calimero, que aún estamos en proyecto de convertirnos en alguien. Que nos reconozcan el derecho a tener sentimientos infantiles y a eludir nuestras responsabilidades. Derecho a vivir unos añitos más en el mundo de Pocoyó. El derecho a cagarme de miedo con el camino a mi adultez. A hacerme el loco y a seguir andando haciendo como el que no lleva lentillas cuando me encuentro conmigo mismo de frente (ese maldito deslenguado aparece en el momento que menos me lo espero, qué cabrón). Llevo tanto tiempo opositando para promocionar a un mejor puesto en mí mismo que en algún momento necesitaba un descanso, pero no quiero que por rascarme el ombligo se joda todo: quiero una excedencia emocional.

Porque es que estamos en una edad mu mala, hombreyá. Que no sólo tenemos que adaptarnos a nuestros propios cambios, sino también a los de los que tenemos alrededor. Y realmente no sé cuál de las dos cosas me provoca más incontinencia.


viernes, 4 de enero de 2008

Pues sí que he empezado bien el año... Esta noche tengo el corazón y la cabeza tetrisficados. Y me temo que mis piezas no encajan.

GAME OVER

No me hagáis mucho caso, es tarde y me siento un poco triste... Y yo no estoy acostumbrado a sentirme vulnerable.


Creo que mi problema empezó cuando sentí que todo en mi vida se embalaba y se etiquetaba con una fecha de caducidad.

Echaba de menos tantas cosas antes de venir a casa...Y ahora las estoy disfrutando, pero me siento protagonizando un cortometraje al que le queda poca película. Una vez producido su destino será una carpeta de archivos temporales oculta en los circuitos de mi memoria.

Despedida y hasta más ver.

En un cierto momento desaparecí y al volver me doy cuenta de que todo ha girado. Y la avalancha del giro puede que arrasara con mi espacio.

¿Pero qué coño esperabas, niño? ¿Que todo te estuviera esperando en el momento en el que lo dejaste? Viniste echando de menos tu vida y ahora sientes la necesidad de huir de ella. O al menos de partes de ella. ¡Gilipollas!

En unos días volveré a perder mi vida perdida.