miércoles, 27 de diciembre de 2006

Hoy los buenos recuerdos se caen por las escaleras

El problema que tiene escribir un blog es que pueden pasar los días y que los acontecimientos consigan que se te quede cara de gilipollas (esto es herencia de mi madre, es que hablamos muy mal) al volver a leer lo que has escrito. Pero sin duda, mucho más grave que la cara es que se te quede la sensación de ser un gilipollas. Fácil sería, en mi estado de asco actual, emborronar los colores, pero creo que es mejor mantenerlo para que con el tiempo pueda ver como han ido transcurriendo las cosas.

Y mi asco me lo provoca una frase: te quiero. Creo que es de las cosas que menos me gusta que me digan. Odio el amor dicho. Sobre todo porque si no se aceptan las consecuencias que conlleva decir esas dos palabras, tan fáciles de decir, pueden caer sobre ti como un jarro de agua helada. Yo sin duda soy más de besos y abrazos. Pero un beso no tiene porque ser físico, puede ser insistir en querer verte. Y un abrazo puede darse con un chicle de hierbabuena. Cuando dicen que le importas a alguien, caes en el error de esperar que esa persona tenga un mínimo de consideración por lo que sientas. ¿Ni siquiera me merezco eso de ti?

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Sabes que? Que los colores no se emborronan ni aunque uno quiera. Si estaban, estaran. Pero tambien hay momentos de nublado, con dias grises, en los que el arco iris no se ve, y la gente se pierde. Cuando sale el sol, lo más probable es que la gente intente recuperar el camino,y entonces el blanco no sera blanco, pero lo mismo aparece otro color.