jueves, 13 de marzo de 2008

He de reconocer que, al ser de espíritu débil, me he dejado barrer por la inercia del tsunami bipartidista. Así que para que Llamazares no se me mosquee, hoy empezaré hablando de él.

Ciertamente es una putada que Izquierda Unida se vea tan perjudicada por un sistema electoralista tan criticado como el español. Realmente tiene su puntillo absurdo que un partido nacional quede tan empequeñecido con respecto a partidos autonómicos cuando hablamos de representación en el Congreso de los Diputados (de todas formas, no sé de qué coño se quejan tanto cuando luego se queda vacío si hay partido de la Champions, pero en fin). Tanto IU como UPyD, el nuevo partido de Rosa Díez (también conocida como la sociata que no se atrevió a decir que era pepera, y que habla incluiso de boicots, ¡qué tema de mujer!), superan por muchos votos a otras coaliciones y, sin embargo, se quedan con una mano delante y otra detrás: en el grupo mixto ése, que suena fatal, y en el trocillo gris del arco parlamentario tan mono que ponen en todas las teles con el cartelito de OTROS (socorridísimo eufemismo de “los que me la peláis”). ¡Normal que estén tan enzarpaos!

Sin embargo, hay un cierto tufillo hipócrita en el discurso que defienden que me parece a mí que huele. Y es que si bien es cierto que a los partidos minoritarios se les discrimina favorablemente, también lo es que afecte a todos por igual (PSOE y PP incluidos), y que ellos tenían muchísimo más apoyo años atrás cuando existía el mismito sistema tan injustísimo. Además, ¿les parecería igual de mal el tsunami bipartidista si diera la casualidad de que ellos formaran parte de él, o si el peso de los votos les beneficiara? Porque dime tú si los demás partidos no están más callaos que putas.

No, el principal problema de Izquierda Unida no ha sido ése. Su problema ha sido que cierta parte del electorado, cagado por lo que pudiera pasar, ha preferido sacrificar su voto para no ver a Mariano en la Moncloa. Es ese voto de la izquierda radical absorbido por el PSOE que tanto reclama Miguel Ángel Rodríguez (más recordado por su guiñol que por cualquier otra cosa). Digo yo que esforzándose tanto en intentar dejarlo claro da por supuesto que todos sabemos que el de extrema derecha está fagocitado por el PP desde hace tanto tiempo que ya es algo intrínseco a su naturaleza.

Y, ciertamente, es una pena que esto pase. Porque, aunque mi delfín me putee, al PSOE no le queda otra que girar al centro en ciertas ocasiones: al fin y al cabo un partido que gobierna un país en democracia no estaría representando a la mayoría de los ciudadanos (que en la teoría es lo que se supone que debería ocurrir) si no es capaz de moderar sus tendencias cuando la situación lo requiere. Y sería interesante tener una segunda fuerza algo más representativa que le diera tirones de orejas de vez en cuando. Porque desde luego lo ideal es gobernar en minoría, y es bueno forzarlos a que se tengan que poner de acuerdo. Y si es con acuerdos puntuales mejor que con negociaciones a largo plazo. ¡Que trabajen, coño ya!

En cualquier caso, el descalabro ya le ha costado la renuncia a Gaspar. En el otro extremo, la victoria del PP (porque por si aún no os habías enterado ellos han ganado también, hombre) ha dejado a Rajoy visto para sentencia: no le han cortado la cabeza porque no estaría bonito, pero aplazan la ejecución a Junio y, de paso, quedan bien y todo…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡Cómo me encanta leerte, chacho!!

Me alegro que hayas seguido reflexionando al respecto mientras yo me iba de mascleteo pa olvidar las penas... (y, de paso, las neuronas, q tó hay q decirlo). En tu caso, sin embargo, me consta q no eres de espíritu débil, así que afortunadamente no creo que se pueda hablar de tsunami.

Ya sabes que opino que llevas razón, si bien es cierto, y no es el primer país en el q ocurre, q este tipo de fenómenos "bipartidizantes" no se dan de un día para otro, sino con el paso de los años, así q en parte (pequeña) la inercia del sistema también influye en la decadencia, conforme la gente va dándose cuenta de lo inútil de su voto... Y conforme hay que votar por miedo a Mariano, algo también lamentable porque en principio no debería ser objeto de temor...

De todos modos, lo peor es que me temo que aunque Gasparín haya hecho autocrítica no va a servir de mucho porque le rodea(ba)n demasiados dinosaurios inútiles...

En cuanto al giro al centro para que esté representada la mayoría de la gente... ¿De verdad crees que la gente que no es muy pepera quieren que sigamos chupándole el culo al Papa? Partiendo de q tu planteamiento es bastante certero, ¿por qué entonces el PP cuando se consolida en el gobierno no gira hacia el centro sino hacia la derecha? ¿Por qué terminan siempre, unos y otros, moviéndose en la misma dirección?

bechus!!

DaNieLo dijo...

Y a mí me encanta que nunca te calles, chacha. Ya sabes que me encanta que siempre tengas algo que decir :)

Yo sinceramente prefiero pensar que, si bien no se puede negar que haya tendencia al bipartidismo, creo que ha sido algo más puntual de estas elecciones que otra cosa.

También habría que tener en cuenta que hay poca propuesta real en nuestra jovencita democracia, y que hay (sin ofender) mucha moralla electoral: ¿cuántos partidos nacionales se presentan con espectativas reales de tener voz en el Parlamento? ¿cuántos programas tienen propuestas para tod@s? Por eso, si bien ella no me encanta, me gusta ver que Rosa Díez intenta cambiar algo.

Y en cuanto a Papas y giros...con lo primero me tienes desconcertado, no sé muy bien a lo que te refieres. Y en cuanto a lo segundo, ¿no crees que ha sido un castigo tan evidente como merecido para el PP pasar de mayoría absoluta a absoluta crispación?