viernes, 4 de septiembre de 2009

Se acabaron nuestros paseos nocturnos por la playa, sintiendo la arena fría entre los dedillos de los pies, nadando en el agua transparente hacia el reflejo de la Luna. Imaginando por un momento que ascendíamos y flotábamos en el espacio sin ninguna preocupación. Porque nuestra cabeza siempre vivió en la Luna.


No habrá más mimos ni besos incondicionales cuando llegue a casa, aunque el día haya sido una mierda, aunque yo no pueda tener el cable más cruzado. Ni nadie me esperará con impaciencia que abra la puerta del coche para plantar las patas encima mía y estirar la cabeza desviviéndose por llegar a darme un lametón en la cara.

Ni nadie me tocará las narices cuando me vaya a la biblioteca a estudiar mientras otros se echan la siesta a la sombrita y panza arriba.



Porque la perra espacial cogió un cohete y se fue sin mí. Sólo espero que de vez en cuando me recuerde para vigilarme desde su nave espacial :(

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Has vuelto al blog!!!
Y con tu texto más bonito hasta ahora. Me has emocionado.
Siento lo de tu perra, sé lo que es perder un animal al que quieres y que te quiere. Yo he pasado por ahí y comparto tu dolor.

Un abrazo de tu amigo,
BEING BORING

Ilaria dijo...

Dani...la verdad es que después de tanto tiempo sin leerte es muy triste tener que comprobar que la razón que te ha hecho volver al blog es algo tan triste como eso.

De verdad, que sé lo que se sufre cuando una mascota nos abandona, y que por lo tanto no te puedo decir nada más que "lo siento".

Y es cierto lo que dice el comentario anterior: éste es uno de tus posts más bonitos de siempre.

Un abrazo.

DaNieLo dijo...

Muchas gracias... No me queda otra que hacerme a la idea, pero quien me/nos conocia sabe que estaba muy unido a mi perra. ¡Y es que ella no era una perra cualquiera! Asi que todavia me temblara la voz un tiempo cuando hable de ella. ¡Besos!