jueves, 8 de febrero de 2007


Como casi a diario, esta noche he salido de paseo para contarle mi día a la Luna.
Hoy ha querido jugar y se ha escondido, pero cuando volvía, justo en la puerta de mi casa, ha salido de su escondite.
Y me ha sonreído.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues devuélvele la sonrisa y siéntete afortunado, que la Luna no le dedica tales privilegios a todo el mundo... igual que no todo el mundo sabe apreciarlos...

(Letucia dixit)