lunes, 26 de febrero de 2007

“La problema de no haber sido tan listo”

Hoy estoy juguetón, así que arriesguémonos a destapar de nuevo la caja de Pandora.

Recientemente he comentado en un post que el destino ha decidido guiñarme de vez en cuando (él también juega, como yo). Somos cómplices de un pacto que consigue arrancarme sonrisas más malvadas que las de los malos de Disney.

Esta noche rebuscaba entre los períodicos y los dominicales algo que leer. Torpe de mí me he encontrado con una entrevista a La Pantoja en la que comenta, en un alarde de modestia, que lo del "La" se lo ganan las grandes divas, como "La Callas" o "La Piquer" (¡toma ya!). Obviamente esto no es de lo que quiero escribir, y como a estas alturas estaréis deseando que deje esta diarrea mental y entre al tomate, pues vamos al lío.

El guiño se ha producido cuando alguien (por su propia seguridad permanecerá en el anonimato) me ha regalado un artículo tragicómico que leer. Y es trágico y cómico a la vez porque habla sobre un señor que básicamente cree que el resto de la humanidad es gilipollas, obligándonos a aguantar sus lecciones de moralidad y política, y dejando muy claro que todo lo acontecido no le impide dormir por las noches.

Sin embargo, la parte final del artículo me deja una incógnita que me revuelve las tripas: ¿realmente esos ciudadanos que castigan desastres pasados utilizan el mismo rasero para los desastres de ahora?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí que revuelve las tripas, sí. Y mucho. A estas alturas, yo diría que la respuesta es: no. No siempre se usa el mismo rasero porque la mayoría de la gente no tiene un rasero propio establecido; a lo mejor en sus valores "individuales" sí lo tienen -o eso aparentan-, pero en cuanto a conciencia de ciudadanía...

Por eso, por triste que suene, me parece que muchas veces el rasero funciona de una u otra forma según cómo te pille el día y el escudo anti-manipulación (es decir, la capacidad analítica). Y, peor aún, si los daños colaterales vas a sufrirlos tú, el vecino de al lado o el de un país mucho más al Sur.

O a lo mejor es sólo que hoy me levanté escéptica. Será por la tormentaca que está cayendo.

DaNieLo dijo...

Pues sabes que comparto tu escepticismo. Porque escuchar como jalean a nuestro amigo Ánsar cada vez que sale a la calle pone los vellos como escarpias...

La memoria es selectiva, y las personas también. Cada uno recuerda lo que quiere, y lo que no pues a la papelera (de reciclaje). Y hay quienes prefieren olvidar una guerra ilegal, plagada de mentiras, y que encima nuestro ex-presi dijese que contaba con el respaldo de la ciudadanía...

¡El culmen de lo gore!