miércoles, 21 de febrero de 2007

Misticismo, encaje y tul

Lo bueno de tener amigos que te conocen y que se preocupan por ti es que saben apretarte en la tecla adecuada cuando es necesario. Esto es posible gracias a una conexión inexplicable, que permite cruzarte en el tiempo con la otra persona, incluso cuando el cruce no se produce también en el espacio.

Hacía ya meses que me venía cruzando en el tiempo con el delfín. Mejor dicho, últimamente nadábamos cada uno en nuestro mar, pero lo hacíamos en paralelo. Y alguien apretó su tecla, provocando una reacción en cadena que llegó hasta mi y desembocó en la relectura de un libro. Este libro me empachó al explorarlo la primera vez. Pero éste era el momento de encontrarme en él.

El corazón del muchacho empezó a hablarle de miedo. Le contaba historias que había escuchado del Alma del Mundo, historias de hombres que fueron en busca de sus tesoros y que jamás los encontraron. A veces le asustaba con el pensamiento de que tal vez no conseguiría el tesoro, o que podría morir en el desierto. Otras veces le decía que ya era suficiente, que ya estaba satisfecho, que ya había encontrado un amor y mucho oro.

- Mi corazón es traicionero. No quiere que yo siga adelante.
- Eso es una buena señal. Prueba que tu corazón está vivo. Es natural que se tenga miedo de cambiar por un sueño todo aquello que ya se consiguió.
- Entonces, ¿por qué debo escuchar a mi corazón?
- Porque no conseguirás jamás mantenerlo callado. Y aunque finjas no escuchar lo que te dice, estará dentro de tu pecho, repitiendo siempre lo que piensa sobre la vida y el mundo.
- ¿Aunque sea traicionero?
- La traición es el golpe que no esperas. Si conoces bien a tu corazón, él jamás lo conseguirá. Porque tú conocerás sus sueños y sus deseos, y sabrás tratar con ellos. Nadie consigue huir de su corazón. Por eso es mejor escuchar lo que te dice. Para que jamás venga un golpe que no esperas.(...)
- Mi corazón tiene miendo de sufrir- dijo el muchacho al Alquimista, una noche que miraban al cielo sin luna.
- Explícale que el miedo a sufrir es peor que el propio sufrimiento. Y que ningún corazón sufrió jamás cuando fue en busca de sus sueños, porque cada momento de búsqueda es un momento de encuentro.(...)
- Mientras busqué mi tesoro, todos los días fueron luminosos, porque yo sabía que cada momento formaba parte del sueño de encontrar.
El Alquimista
Paulo Coelho


Abre las puertas de la percepción
Usa el poder de tu imaginación
Aunque no puedas mirar hacia el sol
Sabes que sigue brillando
Piensa en las cosas que te hacen sentir
cada segundo vivir o escapar

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Fíjate, la expresión de "cruzarse en el tiempo" no la conocía... Pero también me gusta, al igual que Arquímedes: expresiva, precisa pero rica en matices. Eso es exactamente lo que pasó.

Las teclas apretadas -a veces- por la fuerza y las reacciones en cadena -de consecuencias inconmensurables- pueden ayudar a aprender 2 cosas: primero, que el corazón tarde o temprano consigue alzar su voz por encima de la tuya. Así que, efectivamente (ejem), mejor que te pille preparado; segundo, que, efectivamente (esta vez lo pongo aposta), siempre hay algo que encontrar, aunque no necesariamente tengamos claro qué es.

No era un mundo extraño... era un mundo nuevo.

DaNieLo dijo...

-¿Por qué los corazones no explican a los hombres que deben continuar siguiendo sus sueños?.-preguntó el muchacho al Alquimista.

-Porque, en este caso, el corazón es el que sufre más. Y a los corazones no les gusta sufrir.