
Resulta una paradoja abrumadora el hecho de que el hombre, en un constante intento de mejorar su calidad de vida, opte por un desarrollo que lleva a autodestruirle. Que lleva a agotar todos nuestros recursos, que nos convoca a consumirnos. No hablo ya de cambios climáticos à la mode: la línea que nos separa del Tercer Mundo está cada vez más definida. Aquí seguimos peleándonos por cuánto cuesta un café o cuánto cobran algunos, mientras dejamos que el mundo se siga pudriendo.
Pero, ¿quién está dispuesto a reorganizar su vida para intentar evitarlo?
El próximo día 5 se celebrará el Día para la Esperanza de Intermon Oxfam, para denunciar la doble discriminación que sufren las mujeres que viven el mundo de verdad, y no este particular reality-show en el que sólo estamos unos pocos seleccionados. Una discriminación por la condición social, y por la condición del género. La cosa no va de feministas de viejo coño que se pelean por el machismo en el lenguaje o en la publicidad, sino de intentar conseguir una nueva realidad. Porque otro mundo es posible.
La cita es el sábado 5 de mayo entre las 12 y las 17 horas en la Plaza de la Constitución, y estáis todos invitadísimos.
1 comentario:
A la mierda nos estamos yendo, desde hace ya tiempo, sí.
Algun@s, invitadísimos, envidiaremos y asistiremos desde la distancia...
Publicar un comentario