sábado, 12 de mayo de 2007

Entenderse es acoplarse hasta encajar, es sostenerse mutuamente hasta fusionarse.

Entenderese es renunciar a la rigidez propia y estar dispuesto a oír, discernir y valorar la opinión ajena.

Porque tu triunfo no es dominar para sostener, es el encajar para sostenerse.

Ángela Becerra

Hace días que rumio este post-pastel (o post-el). Y es que estas palabras me han revuelto bastante.

La soberbia nace en la falta de aceptación a uno mismo, y la consiguiente necesidad de no mostrar las debilidades. Es precisamente el miedo a mostrarnos frágiles la fuente del amor propio y del deseo de reafirmación.

Cuando alguien nos quiere es porque acepta nuestra naturaleza. ¿Por qué habríamos de tener esa necesidad de quedar por encima? ¿No tendríamos que poner todo de nuestra parte por sacar lo mejor de nosotros, por regalarle a esa persona que nos quiere nuestro mejor yo? ¿Por qué evitamos encajar? ¿Por qué no intentamos acoplarnos?

¿Por qué negar que necesitamos sostenernos en otros? ¿Por qué potenciar esa suficiencia en lugar de mesurarla? ¿Por qué nos da miedo sentirnos protegidos por alguien? ¿Por qué no matizar los colores de nuestra personalidad que resultan dañinos? ¿Tan necesarios nos resultan como para no intentarlo?

¿Por qué permitimos que nuestra cabeza genere esfuerzos en sentido contrario al de nuestro corazón?

¿Por qué permitimos que sea la mierda lo que flote, en vez de lo bueno que nos une?

Y es que cuando el orgullo grita, el amor se calla.

2 comentarios:

¿CAMBIÓ LA MAREA? dijo...

"Matizar los colores de nuestra personalidad que resultan dañinos". Exacto. Matizar, tanto como sea necesario. Cambiarlos, ya es otra historia (peligrosa, opino, pero no voy a repetirme). Aunque si resultan dañinos... Hay como mínimo que sopesarlo, por justicia hacia nuestro corazón y hacia el del otro (toma past-el).

Porque nos da miedo el fracaso... Aunque tú ya conoces la respuesta a todas esas preguntas. No conocía el texto, pero el contenido me suena bastante. ¿No es obvio? Lo de fusionarse también habría que matizarlo, opino. Mejor que la media naranja, las dos naranjas enteras...

A mí lo que me ha revuelto es esta canción. Llevaba muchos meses sin escucharla, me temo. Los justos como para que me diga más de lo que quiero escuchar. Lo curioso es que tampoco la recordé en todo este tiempo, y eso que me la sé de memoria y que lleva tiempo en el Danielo-pod.....

Muakkk!

DaNieLo dijo...

Lo de cambiar los colores dañinos creo que, si de verdad es lo que se quiere, se debe hacer por uno mismo.

Y desde luego con dos naranjas se hace más zumo. Creo que con fusionarse se refiere a "ponerse en el lugar del otro para ver a través de sus ojos, contando con la corrección de las dioptrías ajenas" (estas palabras están robadas de una conversación estupenda en pedregalejo jeje).

Es que las canciones y vídeos que cuelgo son por algo... Y quien es capaz de escuchar las letras de Amaral sufre, inevitablemente, revolución interna.