martes, 13 de febrero de 2007

Un delfín orador

Una de las grandes injusticias de este blog ha sido no hablar hasta el momento de alguien tremendamente importante para mi. Ese alguien lleva ahí desde que recuerdo, en unas ocasiones con más presencia que en otras. Algunas veces en la lejanía, otras en la conversación directa. Pero siempre ahí.

Afortunadamente me he encontrado a alguien cuyas palabras consiguen suavizar la cuesta con mayor pendiente. Unas palabras que me hacen ver mis aciertos, pero también mis errores. Palabras que me reconfortan por su apoyo, y que abren ante mis ojos un gran abanico de posibilidades. Palabras que me hacen entender que cada uno va por su camino, sea de arena o de piedras, descalzo o con zapatos, y que cada uno sigue su ritmo. Palabras que hacen desaparecer la desesperación de mi impaciencia, que me recuerdan que cada cosa tiene su momento, que todo fluye abriéndose paso entre los obstáculos. Siempre palabras.

Gracias por ayudar siempre a alumbrar mi camino.Es inexplicable lo cerca que siento tu apoyo con tantos kilómetros de distancia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Voy a cargarme un rato la pulcritud de mi expresión: JODER, con lo fácil que tengo la lágrima...

En realidad hay trampa: tú no siempre escuchas tus susurros, pero son ellos los que me dictan las palabras... Por eso es fácil.

Y, al fin y al cabo, soy yo quien lleva en el monedero el ticket de una tetería donde pone "Panta Rei"...

DaNieLo dijo...

Mira que no creo en las casualidades. Todo tiene su finalidad.

El caso es que se me ocurrió mientras conducía que me apetecía escribir sobre ti, y pensé que quería poner alguna canción. Después de mucho maquinar y no encontrar nada que me convenciera sonó ésta en la radio, y sólo pensé que cómo coño no se me había ocurrido antes.