La historia ha visto formular las Teorías de la Evolución de infinidad de eminencias de la Ciencia. Desde la generación espontánea de Lamarck, hasta la selección natural de Darwin. Sin embargo, yo apuesto por una teoría mucho más evidente: evolución es destrucción.
Resulta una paradoja abrumadora el hecho de que el hombre, en un constante intento de mejorar su calidad de vida, opte por un desarrollo que lleva a autodestruirle. Que lleva a agotar todos nuestros recursos, que nos convoca a consumirnos. No hablo ya de cambios climáticos à la mode: la línea que nos separa del Tercer Mundo está cada vez más definida. Aquí seguimos peleándonos por cuánto cuesta un café o cuánto cobran algunos, mientras dejamos que el mundo se siga pudriendo.
Pero, ¿quién está dispuesto a reorganizar su vida para intentar evitarlo?
El próximo día 5 se celebrará el Día para la Esperanza de Intermon Oxfam, para denunciar la doble discriminación que sufren las mujeres que viven el mundo de verdad, y no este particular reality-show en el que sólo estamos unos pocos seleccionados. Una discriminación por la condición social, y por la condición del género. La cosa no va de feministas de viejo coño que se pelean por el machismo en el lenguaje o en la publicidad, sino de intentar conseguir una nueva realidad. Porque otro mundo es posible.
La cita es el sábado 5 de mayo entre las 12 y las 17 horas en la Plaza de la Constitución, y estáis todos invitadísimos.